Dalí Atómico (1948) es una de las fotografías realizadas por el famoso Philippe Halsman, en ella podemos observar como aplica su técnica, innovadora para entonces, llamada Jumping Style la cual consistía en retratar personas saltando para así conseguir una imagen de ésta más real, más natural, sin artificio alguno, sin que un creador, en este caso el fotógrafo logre controlar la expresión del rostro.
En esta imagen se puede observar lo espontáneo que puede ser una fotografía aún cuando se controlen los elementos que aparecen en ella. Incluso vista desde la mirada de un niño, podría decirse que es divertida e increíble, ¿Cómo pueden simular el salto de un gato? Es cuando entra en juego la composición surrealista otorgada por el artista plástico Salvador Dalí. Una silla, tres gatos, y además uno de ellos en el agua, cosa que estos animales odian, y todo esto cayendo sobre una de las obras de Dalí dan la impresión de que son elementos vivientes que quieren entrar en esa pintura. El personaje principal, Dalí, más allá de tener protagonismo aporta significado al momento de detallar a profundidad la fotografía. Los objetos y las personas al aire tiene dominio de los grises oscuros o casi negros, mientras que en el fondo y piso predominan los grises claros o blancos. La luz es incidente, no se puede determinar si la fotografía fue tomada en un tiempo específico pero el espacio si está limitado en interiores. Esta imagen me llama a la creatividad, a sumergirme en un mundo artístico de lo posible, es como ver a Dali componiendo un cuadro en vivo, él imagina sus fantasías y luego las plasma en el lienzo, siempre con su pincel en mano, dispuesto a crear lo que pasara por su mente, aunque fuese inverosímil.
En esta fotografía Halsman lleva a cabo la virtuosa proeza de poner en escena algo que no se sostendría sin la más escrupulosa minuciosidad y sincronicidad técnicas y artísticas, a la vez que de hacerlo retirándose hasta el punto de ceder todo protagonismo autoral al intérprete de la escena en sí, que sería no sólo Dalí, sino también el propio surrealismo como instrumento ideológico. Así, tendríamos al propio referente como
estrategia de su propia escenificación y representación. Halsman trabajó durante treinta años con Dalí en diversos proyectos en los que el fotógrafo transcribía las ideas del pintor, en el lenguaje de su propio medio artístico. No cabe duda de la importante interacción existente entre el artista y el fotógrafo.
Me encantan las fotos al estilo jumping, siempre resultan bastante divertidas y "reales". Esta en particular me parece apropiada para Dalí.
ResponderEliminarLa selección de esta imagen, me parece apropiada para darle el enfoque educomunicativo. Quitar la "ingenuidad" en la mirada de los educandos, para que perciban las múltiples maneras en que se puede intervenir en una imagen, desde su enfoque, hasta la puesta en escena, como es el caso.
ResponderEliminarDe esta manera, se desmitifica la percepción de que la fotografía es una porción de la realidad y se trata de un proceso técnico con la participación humana, lo que le aporta "subjetividad"
¿Qué emoción despierta en ti esta imagen?
ResponderEliminarMaría, si pudieras construir una imagen de este tipo ¿cómo la harías tu?
Esta imagen despierta mi sentido de niñez, de diversión, me invita a atreverme, a asumir riesgos, podría decir que despierta mi curiosidad.
ResponderEliminarSi pudiera construir imágenes de este tipo, me la imagino con niños, todos saltando de un trampolín y que a su vez salten juguetes y hasta dejaría volar globos de helio.
A pesar de la asociación a la diversión, hay algo muy parecido a la expresión bajo estupefacientes y la 'psicodelia' que puede emerger de la falta de 'estabilidad' y de la sinuosidad y expresión irreal de la realidad.
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